Se terminó el 2013 para dar entrada a un nuevo año, el 2014. Y con el cambio, tendemos a hacer valoraciones de todo lo vivido, siempre deseando que el año que entra sea mejor.
No me atrevo a definir el 2013 como un año bueno, ni tampoco como un año malo. Cada año que pasa tiene sus particularidades. Es cierto que lo empecé con mucha ilusión, viviendo un inicio muy intenso y con muchas ganas. Sin duda ha sido el año del cambio. 2012 fue un año turbulento y dejó paso a un 2013 donde las ilusiones vencían a todos los miedos. Poco a poco y sin un motivo real, las cosas empezaron a tambalearse. Quizá choqué con la realidad de repente y todos los miedos e inseguridades aparecieron de nuevo, y más fuertes que nunca.
El año ha terminado y de una cosa estoy segura, el 2013 me ha enseñado a aprender a convivir conmigo misma, a entender que en la vida tienes que mirar hacia adelante siempre. Tienes que ser fuerte, aprender a lidiar con la soledad, a disfrutar de lo que tienes a tu alrededor y a vivir la vida con intensidad. Este 2013 me ha enseñado muchas cosas y también me ha recordado otras. La amistad quizás ha sido lo que más ha marcado este año. Y ya solo por eso, a pesar de los malos momentos, no cambiaba para nada ni un solo momento de este 2013. Desde aquí doy las gracias a todos aquellos que han formado parte de mi vida en este año.
Y ahora entramos en un nuevo año con muchas ilusiones puestas en él. Y como propósito simplemente voy a poner 1, que de cumplirlo, el 2014 será el mejor año de todos sin duda alguna.
El primero y último, quererme más, pido un poco más de autoestima. Reconozco que va a ser complicadísimo, pero espero que no imposible.
2014, espero que seas un gran año!
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